A la hora de elegir un tinte para el pelo hay que tener en cuenta múltiples factores y es que lo más normal es preocuparnos por si se nos estropeará el cabello, tendremos una buena cobertura, etc… Pero lo primero que tenemos que tener claro antes de aplicarnos un tinte, es cuál es el resultado que queremos obtener.
Por ejemplo, si queremos centrarnos en cubrir las canas, debemos buscar tintes permanentes ya que los semipermanentes no logran este efecto.
Si el resultado que queremos obtener con el tinte pretende priorizar el cuidado del cabello a la durabilidad del tinte, lo ideal sería utilizar un tinte sin amoniaco. Estos tintes son menos nocivos para nuestro cabello (aunque no podemos olvidar que pueden dañarlo igualmente).
El tinte con amoniaco puede perder pigmento algo antes que uno con amoniaco, sin embargo, las coloraciones han avanzado mucho con los años y rara vez ocurre, pero siempre tenemos que contemplar la posibilidad. La función del amoniaco en el cabello es mejorar el rendimiento del color. Su utilización tampoco ejerce un daño visible e inmediato sobre el cabello sano, pero si tenemos el pelo dañado no va a mejorar su salud ni su aspecto.
¿Qué marcas de tinte para el pelo puedo encontrar?
Podemos encontrar todo un mundo de marcas de tinte para el pelo, por lo que tenemos que tener muy claro cuál es el resultado que pretendemos conseguir. Una vez sabemos esto, el siguiente paso será comprar el tinte adecuado y para ello tendremos en cuenta qué marca y qué tono queremos usar, aunque también hay que tener conocimientos sobre coloración, materiales y una buena técnica de aplicación del tinte.
Marcas como L’Oreal, Schwarzkopf, Wella, Nirvel o Anea aportan calidad a nuestra coloración. Todas estas marcas tienen todo el abanico de tonos naturales.
Si lo que buscamos son colores fantasía, entonces puedes buscar otras marcas especializadas en trabajar este tipo de pigmentos, por ejemplo, Hairgum.
Siempre que seas de los que prefiere guiarse por la reputación de la marca, en nuestra página podrás encontrar una gran variedad, además de todos los utensilios necesarios para aplicarte la coloración en casa.
¿Qué tono de tinte para el pelo es el adecuado para mí?
Elegir un tono de tinte que nos favorezca es una tarea que requiere tener varios factores en cuenta: El primero es nuestro tono de piel (ya que según el tono de piel que tengamos nos favorecerán más unos colores u otros). Otro factor a tener en cuenta es qué efecto queremos conseguir con el cambio de look: Si pretendemos dulcificar el rostro buscaremos colores claros y, si queremos endurecerlo, usaremos tonos oscuros.
El color que consigamos con nuestro tinte dependerá de la base de la que partimos. Si, por ejemplo, quisiéramos conseguir un rubio platino a partir de un castaño; tendremos que tener en cuenta que eso no se podrá conseguir en la primera sesión y conseguiremos algo similar a un cobrizo.
Aquí tienes una pequeña guía de tonos que pueden favorecerte según tu tipo de piel:
- Si tu piel es clara, con tonos tirando a rosado o melocotón y pecas; el color de cabello que más favorece son los cobrizos o caoba.
- Si tu piel es rosada con subtonos azules o violetas, los colores que más te favorecen serán el rubio platino o los reflejos plateados.
- Si tu piel es muy clara con subtonos verdes, el color que más favorece puede ser un castaño oscuro tirando a negro.
- Si tu piel es morena, te favorecen los castaños oscuros, caoba o los tonos oscuros tirando a negro.
¿Cómo cuidar el cabello después de aplicar un tinte?
Cuidar el cabello es imprescindible y, si además está teñido, debemos tener en cuenta una serie de cuidados extra. La clave está en utilizar productos específicos: Habrá que empezar a usar champú, acondicionador y mascarilla para cabello teñido.
Desde Mazuelas te recomendamos la gama Valquer sin sulfatos especial para cabello dañado que repara e hidrata:
La hidratación también es fundamental, por lo que si queremos dar un complemento a los acondicionadores y mascarillas, podemos usar serums y aceites.
Aparte de productos, hay una serie de hábitos que pueden ayudar. Por ejemplo:
- No utilizar herramientas de calor como planchas o tenacillas.
- Proteger el cabello del sol, espaciar los días entre lavados (hacerlo un par de veces por semana sería lo ideal).
- Utilizar productos sin sulfatos.
- Usar agua templada tirando a fría.
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